Es un aeropuerto nuevo, especialmente su terminal 3, que fue finalizada en 2008 para el uso exclusivo de Emirates, la compañía aérea del jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum. En esta terminal me encontré con varias curiosidades que no había visto hasta el momento. No digo que no las haya en otros sitios, pero si las hay lo desconozco.
Nada más llegar a la zona de descanso, donde se encuentran todas las tiendas y restaurantes, mientras esperaba a embarcar en mi vuelo me encontré con la siguiente bienvenida (no era el jeque pero se le parecía):
Parecía tan real que no me atreví ni a tocar la pantalla, no fuese a ser que el asistente empezase a correr por ahí para llevarme a la puerta de embarque o algo...
De todas maneras, no creo que a nadie le haga falta usar sus servicios, porque por todo el aeropuerto hay pantallas donde se puede escanear la tarjeta de embarque y te indican dónde está tu puerta de embarque y cómo llegar a ella.
Si escaneamos la tarjeta debajo de la luz roja que se ve en la imagen se nos iluminará la puerta de embarque correspondiente en el mapa y una línea roja que nos indica cómo llegar.
Aquí podemos ver cuatro de los vuelos que estaban indicados en la pantalla:
- EK247 con destino a Buenos Aires.
- EK819 con destino a Arabia Saudí.
- EK636 con destino a Peshawar (Pakistán).
- EK141 con destino a Madrid.
Ya con la puerta de embarque localizada me fui a tomar un café a un MacCafé, donde pude recargar mi móvil (lujo inimaginable en otros aeropuertos) y utilizar la conexión a Internet gratuita que ofrece el aeropuerto, como en muchos países del sudeste asiático.
Y porque era muy temprano, que si no igual hasta me apunto a un desayuno con Moët & Chandon, que para eso lo ofrecían en el bar, aunque pensándolo mejor, eso igual se lo dejo para los árabes, que manejan bastante más taco (de billetes) que yo.
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