Pues bien, este fue el destino de nuestra primera visita en la ciudad.
Nada más llegar a la estación de tren no nos fue difícil encontrar un autobús que nos llevase ahí. Al lado de la estación de tren hay varias paradas de autobuses turísticos, autobuses normales que van parando en los templos más conocidos y demás sitios de interés para los turistas.
Tened en cuenta que en Kyoto hay más templos por metro cuadrado que bares en España, así que como no se lleve la visita bien preparada es muy fácil perderse.
Bueno, el autobús nos dejó a unos 5-10 minutos de Kiyomizu-dera, en la parte baja de una colina sobre la que se encuentra el templo.
Así que nada, a caminar:
Y llegamos al templo:
Aunque los edificios actuales fueron construidos en 1663, el templo en sí data del año 778.
El nombre de Kiyomizu significa 'agua pura' y lo recibe debido a unas cascadas que hay muy cerca del edificio principal.
El elemento más característico de Kiyomizu-dera son los pilares que soportan la 'terraza' que podéis ver en la imagen, construidos solo con madera, sin ningún material metálico o de otra naturaleza.
En Kyoto existe una expresión popular que dice: "saltar de la plataforma de Kiyomizu", que significa que, si uno sobrevive al saltar desde esa plataforma, le será concedido un deseo. Aunque esta práctica está prohibida en la actualidad, leí en una guía que durante el periodo Edo habían contado 234 saltos, y de ésos, 85'4% sobrevivieron, casi nada... Lo que no dice es si fue la misma persona o 234 'locos' diferentes...
La caída tiene 'sólo' 13 metros, lo cuál resulta impresionante para una construcción de madera.
Desde ahí arriba, sin necesidad de tirarse, podemos ver varias cosas:
Una vista espectacular de la parte este de la ciudad
y la cascada Otowa-no-taki (justo debajo de la 'terraza' del templo), donde tres canales de agua caen en un estanque. Los visitantes del templo cogen el agua de la cascada, de la que se piensa que tiene propiedades terapéuticas, en copas de metal o de plástico. Se dice que beber esta agua supone tener salud, longevidad y éxito en los estudios.
Varios aficionados a la bebida (de agua pura, digo) |
Otro de los puntos de interés es, sin duda, el santuario Jishu, dedicado a Okuninushino-Mikoto, un dios del amor y los 'buenos matrimonios'. Este santuario posee dos 'piedras del amor', situadas a 6 metros la una de la otra, distancia que los visitantes solteros intentan sortear con los ojos cerrados.
Si el 'caminante', con los ojos cerrados, consigue llegar de una piedra a la otra significa que encontrará el amor. Sin embargo, si tiene que ser ayudado por alguien en ese tramo, se entiende como que la persona necesitará de un intermediario para encontrarlo.
Sin embargo las reglas no dicen nada de en caso de que sea 31 de diciembre y el trayecto esté a tope de gente (como era nuestro caso), o si el caminante se despista y cae de la 'terraza' o otras muchas opciones que se me ocurren.
En definitiva, esta es sin duda una visita fundamental en Kyoto, sobretodo durante el otoño o la época en primavera del ´cherry blossom´, donde la vegetación brilla en todo su esplendor. A nosotros nos tocó un día muy frío (de hecho estaba empezando a nevar cuando llegamos), pero la experiencia fue espectacular.
Si os apetece podéis entrar en la página web de Kiyomizu-dera, haciendo click aquí. En ella podréis ver un mapa del complejo y varias fotos de los templos durante las diferentes estaciones. Está en japonés, sí, pero también podéis verla en inglés (cambiad el idioma en la parte superior derecha de la página).
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