Este pabellón, o Kinkaku, es un edificio de tres plantas ubicado en los terrenos del templo, y no se llama 'de oro' poque sea de color amarillo, sino porque las dos plantas superiores del mismo están recubiertas con hojas de oro puro... Sí, habéis leído bien, de oro puro...
El pabellón funciona como un shariden, guardando las reliquias del Buda en las dos plantas superiores. Tiene además un espectacular jardín japonés justo detrás, y un estanque enfrente que es llamado Kyōko-chi (Espejo de agua), en el estanque existen numerosas islas y piedras que representan la historia de la creación budista.
Pues bien, a la entrada del complejo hay un mapa, donde ya me di cuenta que nada más entrar nos íbamos a encontrar con el pabellón, así de repente, sin calentar ni nada...
Y bueno, entramos:
Haced click en la foto para verla ampliada |
A los pocos minutos de llegar, el Sol se empezó a poner y el pabellón parecía que tenía luz propia...
El pabellón con su fénix en la parte superior, reflejando los últimos rayos de sol del último día del año |
Justo a la derecha del estanque, al lado del camino que nos lleva al jardín japonés, hay otro pequeño jardín Zen, con todas las piedras perfectamente rastrilladas:
De estos jardines os hablaré detalladamente cuando os enseñe el Tenryū-ji, un jardín Zen que es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, casi nada...
Bien, después de las correspondientes fotos y demás dimos una vuelta alrededor del jardín, situado en la ladera de una pequeña colina justo detrás del pabellón de oro.
Vista del estanque desde detrás del pabellón |
El que se atreva a cruzar que levante la mano |
Vista del pabellón desde el jardín |
Y además, como sabía yo que os iba a gustar, os grabé un pequeño vídeo del pabellón. Hoy no os podréis quejar, eh?
Bonitos recuerdos me traen las fotos de cuando tuve la suerte de visitarlo. Muy recomendable, como otros muchos sitios de Kioto. Lo bien conservado que lo tienen todo es una maravilla. Lástima que tuve una estancia algo breve, espero en la vez siguiente redescubrir más sitios de la ciudad.
ResponderEliminarYa te digo, Javier. Hay que ir una vez por cada estación del año, para poder verlo en todo su esplendor.
Eliminar