Kompong Phluk es el nombre de la aldea flotante más conocida de la provincia de Siem Reap, en Camboya. Está situada a unos 40 Km de la ciudad de Siem Reap, al borde de Tonlé Sap, el lago de agua dulce más grande del sudeste asiático.
El nombre de la aldea significa algo así como 'puerto de los colmillos de elefante', y es una de las visitas obligadas para todo tipo de turistas en la región.
Después de más de una hora en furgoneta desde Siem Reap, sobre carreteras (si es que se pueden llamar así) de cuarta categoría, llegamos a una pequeña aldea que sirve de embarcadero local, a una media hora en barca de Kompong Phluck.
La carretera que se ve en la imagen está en esta época del año completamente cubierta por el agua, ya que sube varios metros durante la época de lluvias, lo que hace imposible llegar a Kompong Phluk por carretera.
Fijaos en la tecnología alemana de la barca en la que nos subimos:
La verdad es que el trayecto hasta la aldea fue bastante interesante, ya que pudimos subir al piso superior de la embarcación y sacar fotos desde allí. Sin embargo, durante los primeros 20 minutos no había gran cosa a lo que sacarle fotos, simplemente una explanada inmensa de agua, con algún que otro arbusto en el camino.
Después de algo más de media hora de trayecto pudimos ver varios edificios, aislados, en el medio de la nada. Como este, una casa vacía para los visitantes de la aldea. Según nos explicó la guía que llevábamos, a veces familiares o amigos de residentes en Kompong Phulk pasan la noche en esta casa:
A pocos metros de allí, y justo ya a la entrada a la aldea nos encontramos con este otro, que si no recuerdo mal eran unas oficinas del ayuntamiento:
El siguiente que vimos fue fácil de adivinar, ya que se podían ver niños a través de las ventanas: el colegio local.
Y las oficinas de la policía:
Todo esto estaba como en una avenida principal, que supongo que durante la época seca tendrá bastante tráfico, y a pocos metros de allí entramos en lo que ya era la aldea en sí:
Sí, ya lo sé, el agua estaba sucia, y la verdad es que no quise ni preguntar sobre ello. Os podréis imaginar como van al baño aquí en esta aldea... ahí lo dejo.
La mejor parte de la visita fue sin duda el poder dar una vuelta por la aldea y por el conocido como bosque inundado, que está justo al lado. Una señora local nos subió a su barca y empezó a remar:
Al salir un poco de la zona central de la aldea el agua ya estaba más limpia y poco a poco nos vimos rodeados de árboles. Fijaos en las siguientes fotos y el reflejo de los árboles en el agua:
Las vistas eran impresionantes, parecía como si estuviésemos metidos en un cuadro al óleo, en un bosque infinito, en el completo silencio.
Y de hecho Anthea hizo una amiga en este trayecto, a las que le dimos unas caramelos que llevábamos. Cuánto hará que no había probado uno de estos, me preguntaba yo...
La pena fue que no nos podíamos comunicar con ella, ya que no parecía entender inglés, y mi dominio del khmer local deja bastante que desear. Quizás la próxima vez nos recuerde.
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