22/2/13

Arashiyama

Arashiyama es el nombre de uno de los distritos más visitados al oeste de Kyoto, Japón. 

Es una zona perfecta para disfrutar de la naturaleza y contemplar uno de los principales atractivos de esta ciudad, el famosísimo bosque de bambú. Arashiyama atrae más turistas durante los primeros días de Abril y la segunda mitad de Noviembre, cuando las temporadas de los cerezos en flor y la época otoñal están normalmente en su máximo esplendor.

Mapa turístico de la zona

Una de las opciones que existen para recorrer la zona en poco tiempo es el alquilar una bicicleta, disponibles en todas las estaciones de tren de la zona por unos 1000¥ (8.1€).

En nuestro caso, y para evitar sobredosis de templos, o templitis (enfermedad muy fácil de contraer en Kyoto), decidimos simplemente visitar el templo de Tenryuji, dar una vuelta por el bosque de bambú (justo al lado del templo), caminar al lado del río y cruzar el puente de Togetsu Kyo, donde buscaríamos un restaurante para comer.

De la parada de tren nos dirigimos directos al templo de Tenryuji, uno de los templos Zen más importantes del mundo, también Patrimonio de la humanidad de la UNESCO, cómo no...

Lago impresionante con sus correspondientes carpas
 
Barandilla de uno de los edificios del templo
Este era un sitio perfecto desde el que contemplar el lago, el jardín con todas sus piedras minuciosamente rastilladas y la colina que había detrás.

Haced click en la foto para ver la panorámica ampliada
 
Vista desde el otro lado


Justo al lado de la salida del templo está la entrada al bosque de bambú. Impresionante:





El camino a través del bosque nos llevó hasta el parque Kameyama Koen (lo podéis buscar en el mapa que puse al principio de la entrada) y desde allí llegamos hasta el río:

Vista a la izquierda

Y vista a la derecha

Al fondo de la primera de estas dos imágenes se encuentra el famoso puente Togetsukyo, que comunica las dos partes de Arashiyama.


Al otro lado del puente no había tantos restaurantes y tiendas como pensábamos, así que después de dar una pequeña vuelta de reconocimiento volvimos al otro lado del río para comer.

Todos los restaurantes que había ofrecían más o menos lo mismo. Bowls de fideos o arroz con diferentes carnes o pescados, típico japonés, así que no había mucho que pensar, aquí mismo:


El problema que tenía este era el menú. Les tuvimos que pedir uno en inglés porque el que había...


En esta ocasión me decanté por un bowl de noodles con gambas en tempura, acompañado de unas bolas de arroz (y atún creo que tenían dentro) envueltas en una lámina de algas y un trozo de tofu con unas láminas finísimas de pescado seco. 

Una maravilla.


Con esta visita dimos por visto Kyoto, lo más importante por así decir, porque verlo todo es imposible. Hay cientos de templos, y la templitis no perdona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario