2/3/11

Ng Tung Chai

Éste domingo pasado aprovechamos el día espectacular que hizo para irnos a hacer una ruta de montaña. En este caso decidimos hacer una no costera situada en los Nuevos Territorios, a más o menos hora y media de la isla de Hong Kong, pero que prometía bastante. Podéis echarle un ojo a una de las páginas que uso normalmente para ver como son las rutas si hacéis click aquí (tiene buena pinta eh?).

Después de 45 min de metro hasta Tai Po Market y otros tantos en autobús, nos bajamos en Ng Tung Chai, pueblo cercano a China perdido en el medio de la jungla (no hay otra manera de describirlo...).




Aunque de manera artesanal, todo estaba muy bien señalizado desde el principio,


y el paseo a la sombra de las cañas de bambú se hacía muy agradable.





Desde la parada de autobús todavía hay que caminar unos 3 Km hasta el principio de la ruta, situada en la base de la montaña. La verdad es que no hay pérdida, porque justo donde empieza la ruta hay un gran templo Budista y literalmente no hay nada más alrededor.

A unos 500 m. de llegar al templo ya nos encontramos con un arco con una inscripción en Chino, que la verdad no sé lo que quería decir, pero yo lo traduje para mí como "tira, tira, vas bien, vas bien..."

(Si os fijáis en la foto, el lado izquierdo del camino tiene una lámina de lija en el suelo, como anticipándonos lo que nos esperaba...)

Y por fin llegamos al templo:


Lo primero de todo, teniendo en cuenta que empieza a hacer calor por aquí, es el untarse bien de repelente de mosquitos, que aquí son de esos tropicales que te dejan una bola 15 días. El repelente tiene que tener un componente especial llamado DEET:



Así que bien, ya podemos empezar la ruta...
  
La primera parte se hace muy bien, hay unos cuantos escalones hechos en el camino, y como veis en las fotos la vegetación es tan tupida que la montaña parece una manta verde, no cabe una rama más...

Luego el terreno se empieza a inclinar hacia arriba, y ya los escalones pasan a ser de piedra,


hasta llegar una de las cascadas, la más pequeña de todas, situada en la parte baja de la montaña:



Y un poco más arriba con una segunda:

 


Después de una parada para contemplar el paisaje y sacar algunas fotos, seguimos ruta, encontrándonos con nuestros queridos amigos los escalones, que cada vez nos lo ponían más difícil:





Y ya llevábamos casi 2 horas caminando, 99% de las cuales eran escalones que cada vez se empinaban más y más. Alguno de mis acompañantes ya empezaban a echar mano del piolet; la subida no se acababa nunca...


Dramatización



Y como veis, las vistas eran espectaculares, kilómetros y kilómetros de jungla, hasta donde la bruma, que siempre nos acompaña, nos dejaba ver...



Al final llegamos a la cascada principal, donde aprovechamos para descansar un poco y sacar unas cuantas fotos:



Haced click en la foto para verla ampliada

Después de picar algo decidimos seguir la ruta, esperando que el terreno nos fuera favorable a la vuelta. Pero no, no era nuestro día, seguían los escalones para arriba, vaya pesadilla. Yo tranquilizaba a mis amigos diciendo que mucho más arriba no podíamos llegar, que se acababa la montaña...


pero por mi cabeza no hacían otra cosa que pasarme imágenes como las siguientes del grandísimo M.C. Escher:


 



Ya eran casi las 5 de la tarde cuando nos encontramos con los restos de una casa o cabaña (supongo que fuese una cabaña, porque como fuese una casa menudo ermitaño que debía de vivir ahí) la cual había que atravesar para seguir por el camino,


y poco más allá una misteriosa cueva al lado de un pequeño lago:


Uno de mis compañeros quería entrar a ver lo que había, pero debido a mi alto conocimiento del medio natural en el que nos encontrábamos le hice cambiar de opinión.

Esto es un ejemplo de lo que podría haber ocurrido:

Aquí hubiera entrado a ver lo que había al puro estilo Indiana Jones:


Y a los pocos minutos tendría que entrar yo a defenderlo del ataque de un oso:

Obsérvese con atención el objeto contundente en mi mano izquierda

Después de habernos imaginado todo ésto llegamos por fin a la parte alta de la montaña, desde donde se podía ver el agua caer por un gigantesco tobogán de piedra. Aquí la foto no sale desde muy cerca por el riesgo evidente que había de caer abajo...


Después de otro kilómetro de terreno llano empezamos la bajada, la cual (CÓMO NO!!) era de escalones, y no normales, sino tan altos que no podían ser más incómodos...


Sobre las 6 de la tarde se empezaba a hacer de noche, justo cuando estábamos llegando a la parte baja de la montaña, más que hartos de subir y bajar escalones, y con los dibujos de Escher todavía rondándome la cabeza:


Éxito total, una vez más.

 

2 comentarios:

  1. Si que se pegaron una rutita exigente, la cual todavía no he tenido ocasión de hacer. Me la tendré que apuntar y ya voy prevenido antes el cuantioso número de escalones y la dificultad de algunos tramos.

    Que ganas de empezar a hacer algo de hiking ahora que el tiempo mejora :)

    ResponderEliminar
  2. Sí, la verdad es que hay demasiados escalones, pero merece la pena si hace buen tiempo y no hay mucha humedad. Además en cuanto llueva un poco subirá el nivel del agua y te puedes bañar en la cascada grande... ;)

    ResponderEliminar