Bien, vi uno que tenía buena pinta desde fuera
pero en cuanto me acerqué a echar un vistazo a las fotos de al lado de la puerta, ésto fue con lo que me encontré:
Pues sí, no sé lo que ponen los carteles, pero una vez más una imagen vale más que 1000 palabras (qué sabio es el refranero popular español...). Ahí había de todo nadando en una sopa de guindillas... Igual es que me volví loco yo ahora y 200 guindillas por plato me parecen muchas, no sé yo como lo veréis vosotros.
La verdad es que luego da igual si pides cangrejo, langosta o escalopines al cabrales, si te lo dan así vas a quedar sin sentido del gusto para una buena temporada...
Bueno, pues después de haber comido sangre de cerdo y gallina en cubos, patas de pato y demás, ésto ya no me atreví, no porque me diese asco, sino porque eso es tirar el dinero, claramente. Cualquier día explota la cocina con todo...
Así que dando media vuelta me fui a un restaurante de confianza, donde me decanté por el siguiente plato:
Tortilla de anguila (sí, anguila, no angula) con marisco y brotes de soja, con salsa de tomate y arroz. El arroz ni se ve de lo grande que era la tortilla. Todo ello acompañado por un té con limón y hielo, por el módico precio de 40 HK$ (unos 3'7€).
Éxito total. Una vez más.
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