Espacio reducido

El Shilin night market de Taipei está considerado como el mayor y más conocido mercado nocturno de la ciudad. Aunque es verdad que hay otros, éste es el que sigue atrayendo a un mayor número de turistas, por la cantidad y variedad de tiendas de recuerdos, ropa, etc.

Durante mi última visita a la ciudad reservamos una de las noches para dar una vuelta por la zona, y ya de paso cenar en el food court que hay en el sótano del edificio central del mercado. Los food court, para los que no estéis muy puestos en el tema, son zonas de centros comerciales o mercados donde hay un montón de restaurantes y puestos de comida con mesas comunes.

Al contrario en en España, por ejemplo, la comida de los food courts en países como Singapur o Taiwan es espectacular, y su precio muy reducido. El inconveniente que esto tiene es que siempre que voy a uno quiero probar 400 cosas, pero bueno, no podían ser todo ventajas...

En el Shilin night market no cabe un alfiler, y de ahí el título de la entrada de hoy. Nada más bajar al sótano ya hubo que parar. Fijaos en el siguiente espectáculo:

Un puesto de salchichas de todos los tamaños, grosores y sabores. Aprovechando el dominio de Anthea de todos los chinos habidos y por haber (en Taiwan hablan una especia de dialecto del mandarín) me pude enterar de que las salchichas blancas son simplemente arroz embutido en la tripa con especias. Me paré a pensar 10 segundos... salchicha de arroz... salchicha de salchicha... esto seguro que lo combinan! Y efectivamente:

La abren por un lado y le meten un tipo de cebolla verde y luego la salchicha de verdad. Cómo no se me habrá ocurrido antes a mi...

Después de este pequeño entrante echamos un ojo alrededor buscando un restaurante donde sentarnos y cenar algo típico de aquí, casero, como se debe. 

Bueno, aquí mismo. Nos sentamos a la mesa y observamos el panorama. Esta era la vista que tenía desde mi banqueta:

Llamamos al camarero y nos tomó nota casi sin parar, iba con prisa. Al minuto vuelve el camarero con lo que habíamos pedido, qué efectividad:

Aquí tenemos tres de las delicias taiwanesas que siempre pido cuando vengo:

- Noodles con carne de ternera (la conocidísima beef brisket).
- Tortilla de ostras con salsa de tomate (picante o no picante a gusto del que te la sirve, básicamente).
- Cangrejos fritos con ajo.

Una maravilla, y baratísimo.

El único inconveniente, por así decirlo, fue el sitio concreto en el que me tocó sentarme. Fijaos en la vista lateral que tenía:

No, no me refiero a los cocineros, sino al fregadero que tenía a medio milímetro de distancia:

Parecía que estábamos cenando tres personas: Anthea, el que venía a cada poco a fregar algo y yo. Cuando venían abrían el grifo a tope, así que os podéis imaginar como me quedó el brazo derecho al final de la cena... Ahora bien, a mi eso me daba igual, yo estaba a lo mío, con las manos en la masa.