Rubber Duck Project

Hace varias semanas salió en las noticias aquí en Hong Kong que desde el día 2 de mayo íbamos a tener un visitante bastante especial, el Rubber Duck Project:

 

Este es un proyecto ideado por el artista holandés Florentijn Hofman, que decidió pasear este famoso pato de goma por diferentes países, intentando así atraer recuerdos de la infancia a los espectadores. 

A su llegada a Hong Kong el pato pudo disfrutar de su primer baño de prueba en Tsing Yi, y le debió de gustar la temperatura del agua, porque ahora, ya en Tsim Sha Tsui, se va a quedar hasta el 9 de Junio. Ahí, flotando, sin hacer nada...

Aquí os dejo un vídeo de su llegada a Hong Kong:



Hoy me comentó una compañera de trabajo que su abuela, del estado de Montana (EEUU), le había preguntado por el 'pato gigante' que había aparecido en Hong Kong. Un pato gigante de verdad pensaba ella... En fin, menos mal que era un pato y no King Kong.

Bueno, el pato está 'anclado' entre el centro comercial Harbour City y el embarcadero del Star Ferry, puntos ambos de máxima concentración por milímetro cuadrado de mainlanders, o chinos continentales.

Teniendo en cuenta que esta gente es adicta a sacar fotos a discreción de todo lo que ven, dándose voces los unos a los otros, y empujando hasta llegar a la primera fila, el acercarse a ver el pato me parecía una operación bastante arriesgada. 

Pero no pasaba nada, que me sabía yo un par de sitios secretos... 

Así que un domingo, justo después de comer, me acerqué a verlo:

Fijaos en la cantidad de gente que había, no se podía ni caminar...

Aquí se pueden ver además dos Star Ferries

 

El gran IFC en la isla de Hong Kong

Desde los días previos a la llegada del pato a la ciudad, la gente no habla de otra cosa. Fijaos por ejemplo en este dibujo que hizo Anthea con su iPad mientras estaba escribiendo esta entrada:

Y bueno, ahora voy a dar un poco de caña:

A mi la idea en sí me gusta, muchísimo más que cualquier otro tipo de 'arte' contemporáneo. 

Lo que no soporto son ese tipo de composiciones musicales, cuadros, esculturas y demás en las que el autor tiene que explicar y justificar lo que estás viendo o escuchando, normalmente con un rollo patatero que no entiende ni el autor.

El otro día precisamente me enseñaron un programa de un concierto de música contemporánea en la que el autor, cuyo nombre prefiero que permanezca en el anonimato (más que nada por el bien de la música), escribía lo siguiente a propósito de una de sus obras:

"Obra falsamente sacra, inspirada en la imagen surrealista del Cristo triunfante transustanciándose en tres rinocerontes beatíficos: del ruido proveniente de la nada surge un complejo de sonidos sustractivos que sitúan al espectador frente al delirio extático: se traduce éste en la gradual superposición no consonante de siete espectros puros que, envonviendo el espacio y deteniendo el tiempo conforman una sonoridad compleja a modo de mantra de la que surgen, por efecto de la progresiva inarmonicidad, tonos y melodías que no existen y parecen provenir de otra dimensión. El piano va emergiendo de la electroacústica y la visión se disuelve, quedando de ella solo el recuerdo"

Bueno, 10 minutos que me llevó copiar esta tomadura de pelo y que no voy a recuperar jamás. No voy a hacer más comentarios al respecto; simplemente los voy a resumir todos en un vídeo:




Por otra parte, tenemos a este artista holandés, que se le ocurre hacer un pato gigante y llevarlo por ahí, para que por lo menos a la gente al verlo se le escape una sonrisa, que es de lo que se trata: de hacer pasar un buen rato al espectador. 

Ahora ya me diréis vosotros cómo voy a disfrutar yo de un Cristo triunfante que se trirriceronifica y no sé qué mantra gradual que no existe pero que luego se disuelve o no sé qué.

Anda vete por ahí!

Esto es lo que hay que escuchar hombre, esto! Ya veréis como os gusta!