Bueno, pues hoy, después de dar una vuelta con Diego por Victoria Park, me encontré con un restaurante típico cantonés.
Ya que hoy no podía estar en Asturias en la fiesta de La Regalina, porque me quedaba un poco a desmano, decidí entrar a probar unas cuantas delicatessens propias de la zona.
Para beber escogí un espectacular zumo natural de tomate, sandía y naranja:
Como plato principal escogí un Noodles Club, que consistía en Noodles (fideos) de arroz, champiñones a la plancha, bolas de pescado, pato a la plancha y demás sorpresas que me encontré debajo de las verduras, todo ello en una sopa de marisco. No sé si se aprecia bien el tamaño del cuenco en la foto, pero el diámetro del mismo era una cuarta mía exacta...
Cuando llegué, en la mesa había una cuchara y un tenedor, artilugios que estoy intentado dejar de utilizar, pero que a día de hoy todavía los considero necesarios. La cara que se me quedó cuando me los quitaron y me dejaron la cuchara y los palillos que se ven en la foto fue indescriptible, y me dejó ante la posibilidad de pedirlos de nuevo y quedar en ridículo delante de todo el restaurante, o bien atacar con las armas de las que disponía. Entré a matar con los palillos en la izquierda y la cuchara en la derecha (al contrario que la mayoría de los Chinos), con el siguiente resultado:
ÉXITO APOTEÓSICO, conseguí comerlo todo sin problemas, sin volcar la mesa, sin manchar al del al lado y sin caer de la silla, cosa que no se consigue todos los días.
No dí la vuelta al ruedo porque no había ruedo, que si no...
Luego ya para rematar la comida, volví a pedir la carta y pedí una crema de té verde, que resultó ser una cosa entre el flan y el requesón con azúcar requemada por encima, y de color verde:
Luego pedí un café con té helado, sí, todo junto, que sabía muy bien, y del que no hice foto debido a la emoción del momento.
La factura ascendió a la friolera de 95 HK$, que vienen siendo unos 9'50 euros. Todo un descubrimiento el Red Ant.
Hola!!
ResponderEliminarNo doy a basto para comentar todas tus entradas. ¡Qué eficiencia! (tenías toda la razón del mundo...no podemos cobrar todos lo mismo...jajaj)
Vaya delicatessen que te marcaste, colegui..yo pensaba que Hong-Kong era carísimo, pero ya veo que es más barato que un pueblo perdido de Portugal dónde estuve hace poco (si me apuras) En fín, ya nos contarás qué tal son los guajes cantoneses. Yo voy a tener el gusto de ver a los míos pasado mañana...estoy que no me contengo de emoción...jaja
bss